LA TROCHITA DE FIAMBALÁ

A un mes transcurrido del sacudón que hizo caer sentado al peronismo en Fiambalá, aún se escucha el apellido de la doctorcita que hace eco en las paredes del municipio con cada víctima de estafa que llega en busca de solución. 
Con vergüenza ajena, Raúl Úsqueda ha intentado dar una repuesta a un sin fin de proveedores, comerciantes, empresarios, monotributista y toda persona que se presenta con factura en mano a cobrar "una viejita" pendiente. 

Día a día, y haciendo malabares financieros, la nueva gestión de gobierno se enfrentó a gigantes como el pago aguinaldo, entrega de cajas navideñas, sueldos, sin nombrar las fiestas y eventos en los que la municipalidad debe solventar. 
Un municipio quedó en terapia, y lentamente se está restableciendo contra todos los vaticinios de criticadores seriales que esperaban ver tropezar a Úsqueda. 
Ésta vez, a Raúl le tocó bailar con la más fea, y es que a diario se reciben nuevos reclamos, nuevas deudas, y caras distintas reclamando y exigiendo que se les pague. 

Sin contar las obras prácticamente tiradas al abandono y a medio hacer, por citar ejemplos las calles que nunca se terminaron de pavimentar, el gran dilema de la inversión en Termas que quedo en la nada, una mostera desmantelada, viviendas inconclusas, terrenos prometidos adquiridos pero jamás entregados, la destrucción total de la terminal de ómnibus y que hoy solo son armazones de hierros asoleándose, el polideportivo, la sala velatoria donde ahora perecen los restos de una gestión terriblemente atroz. 

La "doc" sólo se ocupó de fundir prácticamente un municipio, por dolor, por despecho, por bronca, por maldad, o sencillamente tal vez por inoperante, dejando expuesto al municipio ante la mirada de toda la provincia, como la municipalidad del caos financiero, la municipalidad de la estafa, de la vergüenza, del desorden, del municipio saqueado inescrupulosamente, de las arcas robadas y fundidas. 
 Vapulearon el municipio, lo exprimieron, y que se las arregle el que sigue.

Una gestión irresponsable que vendió humo hasta el último día. Tal y como la locomotora patagónica, ésta Trochita de Fiambalá solo se dedicó a envolver en humo y más humo a todos los Fiambalenses. 
"No vuelven más" se escucha en cada víctima de estafa, en cada proveedor indignado, en cada becado mal tomado, en cada persona que le prometieron algo y nunca más volvieron a dar la cara. 
Raúl Úsqueda, un joven al que los "sabiondos" le auguraban que no iba a poder con tanto, si pudo, pudo con todo y mucho más. 

El municipio modelo le llamaban y solo fue modelo de la política corrupta, de los funcionarios amantes del poder eterno, el municipio modelo de avivadas, de los comegratis, de los que engordaron a costas del estado, ni hablar de los viajes de placer, y viáticos van, viáticos vienen, boletas y facturas en los mejores restaurantes, gastando en un  dia lo que un becado gana trabajando un mes. 
La municipalidad de los soberbios, la municipalidad de la escoria política. 
Se terminó lo que se daba. Por fin se fueron. 
Acá está la nueva era, la era de Raúl Úsqueda, el joven que ejerce el cargo desde la sencillez, el que no se pone un traje rígido para diferenciarse del resto.

Complicadamente hoy se gobierna con las arcas a cuentagotas, y con la millonaria deuda que se conoció en un piso de 400 millones y se disparó sin límite, deuda multimillonaria rozando el colapso financiero del municipio y que no para de crecer, pero es cuestión de tiempo, cuando se tiene el objetivo claro siempre se sabe cómo salir, la cara está puesta, y las soluciones se presentarán paulatinamente. 

Hoy estamos acá disipando el humo de la Trochita de Fiambalá, el humo que ella vendía a los Fiambalenses, y que los mantuvo ciegos y perdidos. Luego de 8 años de malversaciones, negocios o "curros" totalmente repudiables, hoy ya es hora de respirar aire puro, sano y saludable, ahora ya estamos en el camino correcto.

Fuente: Locos X el periodismo