UN LLAMADO URGENTE ANTE LA INDIFERENCIA GUBERNAMENTAL EN EL NORTE FIAMBALÁ

El inicio de un gran reclamo que traerá mucho ruido.

Regionales16/02/2025
Creciente Norte - 01

La tragedia se cierne una vez más sobre la zona norte de Fiambalá. Las lluvias torrenciales y las crecidas de los cauces han dejado a las comunidades aisladas, sin acceso a agua potable y con caminos intransitables. A pesar de esta realidad devastadora, las autoridades educativas de la provincia insisten en el inicio del Ciclo Lectivo 2025, poniendo en riesgo la vida de docentes, estudiantes y personal escolar.

Recorrer apenas 13 kilómetros se ha convertido en una odisea de una hora, enfrentando caminos que solo vehículos de tracción doble pueden transitar. La situación es tan crítica que una ambulancia o vehículo de emergencia difícilmente podría llegar a tiempo para salvar una vida. Sin embargo, el Ministerio de Educación de Catamarca, desde la comodidad de sus oficinas climatizadas, ha ordenado que todos los directivos, docentes y personal de servicios generales se presenten en las escuelas este lunes 17 de febrero. Esto, a pesar de las condiciones infrahumanas: escuelas sin agua potable, baños inoperables y la constante amenaza de quedar atrapados por el clima adverso.

Esta decisión refleja una desconexión alarmante entre las autoridades y la realidad de las zonas rurales. Priorizar el cumplimiento de un calendario académico sobre la seguridad y bienestar de la comunidad educativa es, cuanto menos, irresponsable. Padres y madres han alzado su voz, expresando su total disconformidad y rechazando disposiciones que ignoran por completo la realidad que enfrentan diariamente.

La situación se agrava con promesas incumplidas. El gobierno provincial, bajo la administración de Raúl Jalil, anunció con bombos y platillos la construcción de una planta potabilizadora que resolvería la crónica falta de agua potable en la región. Hoy, esa planta es solo un espejismo; nunca se construyó y el tema ha sido convenientemente olvidado. Mientras tanto, las comunidades continúan sufriendo: sin caminos transitables, sin producción agrícola sostenible y sin agua apta para el consumo humano. Paradójicamente, los impuestos por energía eléctrica y el supuesto servicio de agua potable siguen llegando puntualmente.

Esta realidad no es exclusiva de Fiambalá. En otras zonas de la provincia de Catamarca, las comunidades han enfrentado tormentas y crecidas extremas que las dejaron aisladas y sin acceso a agua potable, afectando gravemente su calidad de vida, salud y educación. Estas situaciones evidencian una preocupante tendencia: la indiferencia gubernamental ante las necesidades básicas de sus poblaciones más vulnerables.

Es imperativo que los gremios docentes tomen cartas en el asunto, defendiendo a quienes están en la primera línea de esta crisis. La comunidad educativa y la sociedad en general deben unirse para exigir respuestas y acciones concretas. No podemos permitir que la burocracia y la desidia política pongan en peligro la vida y el futuro de nuestros niños y educadores. La situación en Fiambalá es una herida abierta que demanda atención inmediata y soluciones reales.

Zijin - Liex - 01

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