CRECIENTES PELIGROSAS: TRES MILAGROS EN MEDIO DEL CAOS DEL AGUA

En las últimas horas, la furia de las crecientes en la región puso en peligro la vida de varias personas en distintos puntos de Fiambalá y Tinogasta. Tres hechos dramáticos marcaron una jornada de tensión y rescates heroicos, donde la naturaleza mostró su implacable poder, pero también dejó espacio para milagros.

AUTO ARRASTRADO POR LA CRECIENTE EN PALO BLANCO: UN SOBREVIVIENTE EN "LA CURVA DEL PELIGRO"

Un hombre residente de Palo Blanco vivió momentos de terror cuando su automóvil fue arrastrado por la creciente a unos 7 kilómetros al sur de la localidad, en el sector conocido como "La Curva", sobre la Ruta Provincial N° 34.

Las causas exactas del incidente aún son materia de investigación, pero los primeros reportes indican que el conductor pudo haber sido sorprendido por la fuerza del agua que, sin previo aviso, transformó el camino en una trampa mortal.

El vehículo, incapaz de resistir la embestida de la corriente, fue arrastrado varios metros. Sin embargo, en un hecho que desafía toda lógica, el hombre logró salir del auto antes de que la situación se tornara irreversible. Aunque ileso físicamente, el impacto emocional del suceso le dejó una fuerte conmoción nerviosa.

Este sector de la ruta es conocido por su peligrosidad en época estival, cuando las lluvias torrenciales convierten los caminos en verdaderas trampas mortales. Los lugareños advierten que “La Curva” ha sido testigo de otros incidentes similares en años anteriores, donde el agua toma por sorpresa a conductores desprevenidos.

FAMILIA ATRAPADA EN SU VEHÍCULO EN TINOGASTA: UNA LUCHA CONTRA LA CORRIENTE

La madrugada tinogasteña se vio sacudida por un dramático rescate en el río La Troya, donde una familia quedó atrapada dentro de su vehículo tras una repentina crecida.

El alerta llegó a Defensa Civil Tinogasta a las 2:57 AM, y de inmediato, una dotación de Bomberos Voluntarios se dirigió al lugar. Al llegar, encontraron a la familia fuera del automóvil, pero el vehículo, atrapado por la fuerza de la corriente, había sido empujado hasta la orilla, donde quedó semienterrado en el lodo.

Durante tres interminables horas, los bomberos intentaron rescatar el vehículo, pero la ferocidad del río hizo imposible la tarea. Finalmente, ante la imposibilidad de actuar sin riesgo, se optó por esperar a que el nivel del agua bajara.

La comunidad de Anillaco no dudó en ayudar: vecinos del lugar colaboraron para trasladar a la familia a su hogar, mientras el vehículo quedó varado, esperando la intervención de maquinaria pesada.

En el operativo de rescate trabajaron en conjunto la Comisaría Departamental de Tinogasta, Defensa Civil y Bomberos Voluntarios, quienes lograron garantizar que el incidente no tuviera consecuencias fatales.

VAQUEANOS AL RESCATE: CONDUCTOR Y DOS MENORES SALVADOS DEL RÍO DE LA TROYA

En otro dramático episodio, un hombre mayor de edad que viajaba con dos menores rumbo a Anillaco quedó atrapado en medio de una crecida en el badén conocido como "El Zanjón", cuando el agua del Río de la Troya lo sorprendió con una violencia inesperada.

El torrente golpeó la camioneta con tal fuerza que el vehículo quedó completamente inmovilizado, amenazando con volcar. Con reflejos rápidos, el conductor logró sacar a los niños y ponerlos a salvo en una zona elevada.

Defensa Civil Tinogasta fue notificada en horas de la madrugada, pero la bravura del agua impidió cualquier intento inmediato de rescate.

La ayuda no tardó en llegar desde el corazón del pueblo: un grupo de vaqueanos de Anillaco, a caballo, se internó en el río con destreza y determinación, logrando llegar hasta las víctimas y rescatarlas antes de que la situación empeorara.

Finalmente, a las 7 de la mañana, personal de Vialidad Provincial, con maquinaria pesada, retiró el vehículo de la zona afectada.

UNA ALERTA QUE SE REPITE CADA AÑO

Las recientes crecidas en la región de Fiambalá y Tinogasta han dejado en evidencia una vez más la peligrosidad de transitar por caminos y cauces de ríos cuando las lluvias se intensifican.

Cada temporada estival, la historia se repite: automóviles atrapados, familias sorprendidas y rescates que, muchas veces, dependen de la rapidez y solidaridad de los mismos habitantes de la región.

Las autoridades insisten en la precaución extrema y en no subestimar la fuerza del agua, especialmente en sectores conocidos por su riesgo, como La Curva en Palo Blanco y los badenes de La Troya.

Lo ocurrido en las últimas horas es una advertencia más de que la naturaleza no da segundas oportunidades, y que cada vida salvada en estas historias es, sin dudas, un milagro en medio de la tormenta.