DOÑA SILVIA LASTENIA DE VALERIANO, UNA GRAN SERVIDORA A SU COMUNIDAD

Hoy en Nuestra Gente:

Información General02/02/2024 Dirección de Prensa – Municipalidad de Fiambalá.
Doña Silvia de Valeriano

En nuestros pequeños homenajes, hoy nos dedicaremos a una persona de voluntad gigante y de corazón servidor a la comunidad, se trata de doña Silvia Lastenia de Valeriano, una destacada mujer de 73 años de vivencias y trabajo para la sociedad, y que hoy goza de su etapa de adulto mayor en compañía de sus hijas. 

Doña Silvia, nos cuenta que desde sus jóvenes 20 años tuvo la oportunidad de empezar a trabajar en un oficio que ama, como lo es la enfermería, oficio que le fue inculcado por sus padres quienes siempre sostuvieron en ella el amor al prójimo. 

Allá por el año 1971, cuando la sala de Primeros Auxilios, se transforma en el Hospital de Fiambalá, doña Silvia ingresa al plantel de trabajadores de la salud, como auxiliar de enfermería. 

En sus memorias cita a Doña Nelly Macías, Don Benito Carrizo, y Doña Berta como los responsables de su buena recomendación con el director del hospital.

Las capacitaciones comenzaron, y la vocación de servicio fue el impulso que la llevó a destacarse con amor y dedicación. 

Dentro de éste loable trabajo, humano y sensible doña Silvia recuerda historias que quedaron en su retina, los años en que la tecnología escaseaba por éstos lugares los cuadros de convalecencia eran más complicados de atender, no había comunicación y eso llevó a vivir historias lindas y de las otras; enfermedades terminales que debían socorrer, partos a la luz de una linterna bajo el brazo prácticamente, suturas de heridas graves, y también fallecimientos que son circunstancias duras que son parte de la historia de llevar este oficio en el corazón. 

Cuadros complejos que en la inmediatez necesaria atendió con toda devoción al servicio. 

"Nosotros nos arriesgábamos, éramos audaces" recuerda doña Silvia de tantos episodios que vivió.

Nuestra querida vecina, también recuerda una etapa puntual dentro de la comunidad y es su paso al frente del servicio de enfermería. 

Por un pedido del Dr. Gómez desde Tinogasta, en una nota le solicita ser la Jefa del Servicio, a lo que doña Silvia no acepta, pero por insistencias del facultado, termina asumiendo el lugar.

En ese lapso de tiempo transcurrido al servicio, la querida Silvia observó que era necesario muñir a la guardia de elementos básicos fundamentales para la atención básica de primeros auxilios, allí es dónde se crea el BONO CONTRIBUCIÓN, el mejor acierto para la comunidad teniendo en cuenta que con éste bono que perseverantemente se vendía a vecinos y vecinas sostuvo una guardia completa, con todos los elementos.

"Voy a hacer algo para que mis compañeras no tengan necesidades" es lo que recuerda Doña Silvia en referencia a todo lo que se necesitaba: gasa, alcohol, jeringa, agua oxigenada, estufa esterilizadora, tubos de oxígeno, cinta de tela, termómetros, remedios y todo lo que se necesitaba tener a mano en la sala.

En pocas líneas, doña Silvia Valeriano ha representado la voluntad, y el compromiso humano con una institución tan sensible y necesaria.

Además, en otra parte de su historia de vida, y en una etapa más avanzada, ella ha sabido llevar adelante la comisión de la iglesia, dónde también se logró la adquisición de bienes y mejoras a pulmón propio del trabajo y nuevamente el compromiso como impulso principal.

Doña Silvia, humildemente y con el amor de madre que la caracteriza recalca que siempre le pide a los jóvenes que sean serviciales, que valoren el trabajo, que siempre hagan alguna actividad por la sociedad.

"Me siento agradecida con Dios, y agradezco a la comunidad que cuando las personas llegan a saludarme me siento reconocida, y eso me da mucha alegría, siento que hice algo bueno por la comunidad" remarca doña Silvia.

Doña Silvia Lastenia, una mujer de valores, de caridad humana, de gentileza, de compromiso, de amor al prójimo, de responsabilidad social, de vocación latente es una vecina que hoy destacamos por todos los años dedicados a la comunidad de Fiambalá a través de un ámbito tan delicado como lo es la salud.

Hoy sentimos la necesidad de ponerla en valor, de saludarla y rogar más que nada por su salud, para que siga disfrutando de su etapa de adultez mayor junto a sus seres queridos y una comunidad que la reconoce por toda su vocación entregada.

Cada tarde la encontraremos, sentada en su reposera, rodeada de hijos y nietos en la vereda de la "negrita", el reconocido lugar de encuentro frente la plaza, tomando uno que otro mate y tomando un aire fresco por la tarde noche, que seguro será la postal familiar. 

Gracias Doña Silvia! Que todo su amor entregado a la comunidad sea reconocido por siempre, y que Dios y La Madre Morena bendigan sus manos que tanto alivio brindaron, y tanto trabajo hicieron por la comunidad de Fiambalá.

 

Dirección de Prensa – Municipalidad de Fiambalá.

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