“EL FANTASMA DE ROXANA PAULÓN DIVIDE AL PERONISMO: FIAMBALÁ Y TINOGASTA NO QUIEREN VOLVER AL PASADO”

La exintendenta Roxana Paulón intenta a duras penas regresar a la escena política, pero lo hace cargando una mochila tan pesada que amenaza con hundir cualquier intento de unidad dentro del peronismo Fiambalense. Esta semana, su sorpresiva reaparición en la sede local del Partido Justicialista dejó más dudas que certezas y provocó un verdadero temblor en el espacio que alguna vez la cobijó.

Apenas 38 personas –muchos de ellos ex radicales reciclados en el PJ– se hicieron presentes en una reunión convocada por Paulón. Una cifra insignificante si se compara con los cientos de afiliados que el peronismo ostenta en Fiambalá. Pero el dato más demoledor fueron las notorias ausencias de la verdadera dirigencia peronista, que se mantuvo deliberadamente al margen, casi como una silenciosa forma de repudio.

No es para menos. Paulón vuelve a la política envuelta en supuestos escándalos, rumores de corrupción, hipotéticas malversaciones de fondos y deudas multimillonarias que dejaron a Fiambalá con las arcas vacías y el municipio prácticamente en ruinas. Entre las preguntas que retumban todavía en los pasillos partidarios está el misterio de qué hizo con el gran caudal de dinero que recibía, fondos que, según muchos, no se ven reflejados en obras ni en desarrollo para la comunidad.

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EL PJ EN RUINAS… Y PAULÓN AUSENTE

Lo más paradójico es que el encuentro se realizó en la sede partidaria que hace poco tiempo estuvo abandonada a punto de ser desalojada y se quedó sin energía eléctrica por falta de pago. Fue necesaria una “vaquita” de dirigentes comprometidos para saldar esa deuda, mientras Paulón y varios exfuncionarios brillaban por su ausencia, a pesar de que –según se comenta– habrían gozado de suculentos sueldos durante su paso por el municipio.

La sola presencia de Paulón en la reunión generó rechazo, descontento y bronca, obligando a numerosos dirigentes a pegar el faltazo para evitar siquiera compartir el mismo espacio. Una grieta interna que hunde cualquier intento de candidatura de la exintendenta, quien, se rumorea, busca desesperadamente un lugar legislativo que le otorgue fueros políticos para enfrentar las causas judiciales y las investigaciones que, aunque algunos prefieren callar, siguen abiertas y en boca de todos.

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NI FIAMBALÁ NI TINOGASTA LA QUIEREN

Pero no es solo Fiambalá la que le da la espalda. Tinogasta también le cerró la puerta, dejando en claro que no le dará apoyo ni espacio en ninguna lista, por temor a que Paulón “ensucie” cualquier candidatura y arrastre al peronismo a la derrota. Dirigentes tinogasteños sostienen que, si se insiste en incluirla, sería regalarle la elección al radicalismo, que estaría encantado de enfrentar listas contaminadas con Paulón.

Hoy, mientras el peronismo Fiambalense mira hacia figuras como el Diputado Nacional Sebastián Nóblega, quien cuenta con altísima imagen positiva, Paulón lidera tristemente el ranking de la peor imagen política en el departamento, transformándose en el gran factor de división y descrédito dentro del PJ.

Incluso, dentro del partido, hay quienes advierten a Lucía Corpacci y Raúl Jalil que insistir en imponer a Paulón sería jugar con fuego y arriesgar una derrota catastrófica en las legislativas de 2025. Y es que, como afirman muchos peronistas de base, “con Paulón en la lista, lo único seguro es el voto castigo”.

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MEMORIA COLECTIVA QUE NO OLVIDA

Entre los recuerdos más amargos de su gestión, se mencionan obras cobradas y nunca terminadas, recaudaciones mínimas declaradas en las Termas de Fiambalá, mientras los servicios básicos en el pueblo languidecían por falta de recursos. Y un municipio sepultado en millonarias deudas que hoy condicionan cualquier proyecto a corto plazo.

Para los Fiambalenses, resulta insultante que aquellos pocos que hoy acompañan a Paulón sean precisamente los beneficiados de su gestión, mientras la mayoría del pueblo padeció necesidades y promesas incumplidas.

Hoy, un amplio sector del PJ de Fiambalá exige abrir las puertas a nuevos referentes, comprometidos con la transparencia y con la reconstrucción de un peronismo que aún no logra sacudirse el polvo de las ruinas en que lo dejó la gestión paulonista.

Mientras tanto, la figura de Roxana Paulón se transforma, cada vez más, en un lastre político del que muchos solo quieren alejarse, para no hundirse en las aguas turbias de un pasado que la mayoría prefiere no repetir. Y, por lo que se ve, Fiambalá y Tinogasta parecen haber dicho un rotundo “nunca más”.

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