HISTORIA DE LA VIRGEN DEL VALLE

'Había una vez una madre que amaba tanto a sus hijos, que se quedó con ellos viviendo en medio de los valles para protegerlos'.

La imagen de Nuestra Señora del Valle fue encontrada entre 1.618 y 1.620 en una gruta en Choya, al norte de la capital de Catamarca.

Cuenta la historia que fue un aborigen al servicio de Don Manuel Zalazar, quien escuchó durante una tarde unas voces y pisadas, y de repente lo sorprendió un grupo de muchachas con lámparas y flores que caminaban sigilosamente hacia la montaña, para rendir culto a una imagen.

Zalazar, hombre creyente, una vez enterado de esto por el mismo indio, se encamina al lugar, allí encontraron una Virgen morena con sus manos unidas en forma de rezo; este la lleva a su casa y la coloca en un altar improvisado. Al día siguiente no halló la imagen, volvió a buscarla a la Gruta, la traía a su hogar, y todas las veces ella se volvía.

Entendieron que la Santa Señora ya tenía una casa.

A partir de allí su existencia y su obra fue conociéndose traspasando las fronteras de nuestra provincia.

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OBRAS, MILAGROS Y MÁS

Uno de los milagros más contados y celebrados es de un campesino cordobés, que al contraer una enfermedad, pide a la Virgen lo cure con la promesa de visitarla sí le concedía el favor.

En segundos estaba sano. Mientras, en Catamarca, lamentaban la desaparición de un viejo y preciado jarrón de plata.

Al cabo de unos días el campesino llegó con el jarrón.

Contó que en su viaje a mula, tuvo muchísima sed, se encomendó nuevamente a la Virgen y encontró el jarrón y tanto él como el animal pudieron beber.

Este y otros milagros como la curación de enfermedades terminales, de haber salvado al pueblo de plagas, sismos, y muchas otras cosas que consolidaron las gracias y el cariño que genera la Virgen.

En sus fiestas patronales, numerosas devotas visten el manto de la Madre -pollera blanca y manto celeste-, creyentes avanzan de rodillas a sus pies a agradecer o pedir. El estrenuoso ruido de los bombos de los misachicos anuncian la llegada a su casa, peregrinos de todas partes vienen a venerarla.

Sí Catamarca se traduce como fortaleza de la falda, la Virgen del Valle representa nuestra protección, para esta bendita tierra y la de todos sus hijos.

¡VIVA LA VIRGEN DEL VALLE!!!

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