EN MEDIO DEL CONFLICTO SALARIAL, LA MUNICIPALIDAD DE FIAMBALÁ BUSCA SOLUCIONES PESE AL AHOGO ECONÓMICO IMPUESTO POR EL GOBIERNO PROVINCIAL

Desde hace más de dos semanas, los empleados municipales de Fiambalá llevan adelante medidas de protesta, entre ellas movilizaciones frente al edificio municipal, exigiendo una recomposición salarial que les permita afrontar el creciente costo de vida. En este marco, el Subsecretario de Gobierno, Joaquín Cabrera, se acercó personalmente a escuchar los reclamos y dialogar con los trabajadores, demostrando una gestión cercana y abierta a encontrar soluciones.

"Está bueno que se escuche el planteo por parte del trabajador propio hacia la patronal", expresó José María Ragido, secretario general de ATE Fiambalá, quien además valoró la presencia del funcionario municipal y la disposición al diálogo.

La situación, sin embargo, no se explica solo por las condiciones locales. Según trascendió, el intendente Raúl Úsqueda mantuvo una reunión con el gobernador Raúl Jalil para manifestar su preocupación por la merma en los recursos de coparticipación y otras transferencias provinciales. Una realidad que golpea fuertemente a las arcas municipales y complica el cumplimiento de compromisos con los empleados públicos.

La raíz del conflicto va más allá de los números: el municipio de Fiambalá parece estar siendo castigado por razones políticas. Desde distintos sectores señalan que el Gobierno Provincial, lejos de priorizar el bienestar de los trabajadores Fiambalenses, estaría aplicando una política de estrangulamiento financiero contra la gestión de Úsqueda, simplemente por pertenecer a un signo político diferente. Una práctica que no solo resulta antidemocrática, sino profundamente insensible ante las necesidades del pueblo.

Como si esto fuera poco, desde el Ejecutivo Provincial se obstaculiza permanentemente la capacidad recaudatoria del municipio, negándole herramientas clave para generar ingresos propios y atender las necesidades de su comunidad. Una estrategia que, para muchos, busca forzar el desgaste de la actual administración municipal para instalar un clima de conflicto que desprestigie la gestión local.

Cabe recordar que la Municipalidad de Fiambalá fue recibida por Raúl Úsqueda en condiciones calamitosas, luego de una administración disoluta encabezada por Roxana Paulón que dejó una deuda superior a los 1.100 millones de pesos, infraestructura deteriorada, parque automotor inutilizable y múltiples casos de irregularidades administrativas. A pesar de ese escenario devastador, la nueva gestión ha logrado poner en marcha un plan de recuperación que hoy se ve jaqueado por las trabas deliberadas desde la Provincia.

Hoy, más que nunca, queda en evidencia quiénes están del lado de los trabajadores y quiénes juegan con el bolsillo del pueblo por intereses políticos. Mientras desde la Municipalidad se busca con responsabilidad una salida al conflicto, el Gobierno Provincial continúa priorizando el enfrentamiento partidario por encima del bienestar de los Fiambalenses. La historia sabrá juzgar quién hizo su parte por el progreso y quién se dedicó a poner piedras en el camino.