ESCÁNDALO EN EL FÚTBOL FIAMBALENSE: FINAL SUSPENDIDA TRAS UNA BRUTAL AGRESIÓN AL ÁRBITRO DEL PARTIDO

La gran final del Torneo Oficial de la Liga Fiambalense de Fútbol, bautizado en homenaje al ex jugador Diego Carlos Carrizo, que se jugaba ayer domingo en la Cancha del Club Defensores de Fiambalá, terminó en un bochornoso episodio que empañó el cierre de la competencia. El encuentro entre Chacarita de Saujíl y Peñarol de Medanitos fue suspendido luego de que un jugador de Chacarita agrediera físicamente al árbitro Kevin Reynoso.

El violento incidente, que también incluyó amenazas al presidente de la Liga, marcó el abrupto final del encuentro plagado de complicaciones y polémicas. Ahora, el Tribunal de Disciplina evalúa las sanciones que podrían recaer sobre el jugador agresor y el Club Chacarita, incluyendo posibles consecuencias penales.

Premiación y Controversia

A pesar de los hechos, el Club Talleres, vigente campeón, recibió su reconocimiento como único equipo coronado del torneo. La entrega de premios estuvo encabezada por el Intendente Raúl Úsqueda; el ex jugador y homenajeado Diego Carrizo; autoridades del municipio tinogasteño; autoridades de la Liga Fiambalense de Fútbol y destacadas figuras locales, aunque la definición del segundo lugar y el pase al Torneo Provincial quedaron en suspenso. Todo apunta a que Peñarol será quien ocupe esta plaza, decisión que se tomará formalmente el próximo martes en reunión del Tribunal de Disciplina.

Sanciones en Camino

El árbitro Kevin Reynoso y el comisario deportivo ya presentaron informes que serán clave para determinar las sanciones. Además de las medidas disciplinarias, no se descarta que se inicie una causa penal contra el jugador responsable de la agresión. 
Muchos de los presentes agradecieron la fuerte presencia policial, lo que evitó que pasara a un enfrentamiento entre hinchadas o jugadores.

Un Torneo Marcado por la Controversia

El campeonato, que debía ser un homenaje a la trayectoria de Diego Carrizo, sufrió constantes interrupciones y situaciones conflictivas, lo que llevó incluso a considerar su cancelación anticipada. Ahora, este escándalo pone en jaque la reputación de algunos clubes y plantea un desafío para futuras ediciones.

La comunidad futbolística espera respuestas firmes ante este lamentable episodio, que no solo pone en riesgo la integridad de los participantes, sino también el espíritu deportivo que el torneo buscaba fomentar, como así también no deja de ser un mal ejemplo para aquellos jugadores de categorías inferiores o que aspiran llegar a jugar en la primera división.