FORTALECIMIENTO A PRODUCTORES RURALES DEL NORTE DE FIAMBALÁ

En un contexto marcado por la severa sequía que afecta a los productores rurales de la zona de La Herradura y la precordillera Fiambalense, el Proyecto Tres Cruces, en colaboración con la Municipalidad de Fiambalá, ha puesto en marcha una iniciativa clave para enfrentar la crisis agroganadera. Esta acción forma parte de un programa integral de fortalecimiento del sector agroganadero, diseñado para mitigar los efectos de la escasez de pastos y agua que ha llevado a una alarmante mortandad de animales, el principal sustento de numerosas familias de la región.

A través de la entrega de fardos de alfalfa a los productores más afectados, esta intervención busca garantizar la supervivencia del ganado, una medida crucial en un momento donde las condiciones climáticas adversas han agravado la situación económica y social de estas comunidades. El Proyecto Tres Cruces, con base en Fiambalá, ha liderado esta acción solidaria, mientras que el área de Producción de la Municipalidad coordinó los esfuerzos logísticos para asegurar que la ayuda llegara a quienes más la necesitan.

La iniciativa no solo representa un alivio inmediato para los productores, sino que también refuerza las actividades agroganaderas locales, promoviendo el desarrollo y la sostenibilidad de este sector esencial para la economía Fiambalense. El intendente Raúl Úsqueda y su equipo de gobierno han subrayado la importancia de generar soluciones concretas en conjunto con empresas comprometidas como Tres Cruces, demostrando que el trabajo mancomunado es la clave para superar desafíos tan complejos como los que enfrenta esta región.

Los beneficiarios, profundamente agradecidos, destacaron el impacto positivo de esta ayuda en sus comunidades. “En tiempos tan difíciles, este apoyo significa mucho para nosotros. Nos permite seguir adelante y cuidar lo único que nos queda”, expresaron algunos de los productores.

Con este tipo de acciones, el Proyecto Tres Cruces y la Municipalidad de Fiambalá reafirman su compromiso con los sectores rurales, consolidando la esperanza de un futuro más estable para quienes dependen de la tierra y el ganado como su principal fuente de sustento. Este esfuerzo conjunto se perfila como un ejemplo de cómo la colaboración público-privada puede marcar la diferencia en situaciones de emergencia.